Descripción
Custode del Sapore, un reconocido restaurante de comida italiana, enfrentó una queja interpuesta ante la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) por un comensal que alegaba haber recibido un alimento en mal estado. El cliente exigía una indemnización por los supuestos daños sufridos. Sin embargo, los dueños del restaurante, Antonio Viesa y Antonella Viesa, estaban convencidos de que la queja era infundada y que el comensal había actuado de mala fe. Tras una rigurosa defensa legal, se demostró que las alegaciones eran falsas y que el cliente estaba buscando aprovecharse de la situación para obtener un beneficio económico injusto.